Todos necesitamos un telescopio.
Lo chilero de las imágenes como la anterior es que no hay que explicar mucho, pues todos, o al menos la mayoría, salimos de nuestras casa o apartamentos y de vez en cuando, levantamos la mirada al cielo, y encontramos justamente la vista anterior, con algunas variantes sobre las estrellas que vemos tomando en cuenta no solo nuestra posición en la tierra sino la época del año en la que lo hacemos, pero en general el panorama es muy parecido, pues es la majestuosidad de eso que llamamos “el universo” y que comprende, según los astrofísicos aproximadamente 45 mil millones de años luz de espacio (al menos eso es lo que hemos podido medir tomando en cuenta la velocidad de la luz y el corrimiento al rojo ‘red shift’), en resumidas cuentas, un montoooon de espacio sobre el cual se mueve toda esta materia y energía, y dentro de ese montón de materia, el punto azul al que llamamos tierra y dentro de ese punto azul, los continentes y dentro de esos continentes, los países y dentro de esos países, los pueblos y dentro de esos pueblos, nosotros, los seres humanos.
Una de las cosas que encuentro genial de nuestro universo, o al menos del cielo visible, es lo buen actor que es; cuando vemos el cielo por las noches, a muchos nos relaja, de hecho muchas de las personas generalmente optan por tomar un tiempo para ellas mientras van a observar el mar o el cielo nocturno y de esta forma relajarse o intentar ‘respirar en la tormenta’ de sus vidas, o quizá para poder tomar una decisión, sin embargo, es casi increíble pensar que ese cielo tan silencioso, en realidad es el lugar mas violento que puede existir, pareciera que es realmente un campo de batalla.
Con explosiones que podrían literalmente acabar con todo el planeta tierra en cuestión de segundos, con estrellas comiéndose a sus compañeras de baile, con agujeros negros que se están comiendo todo lo que se les atraviesa en su camino, con asteroides siento precipitados hacia los planetas y con ellos, la destrucción de la posible existencia de vida, de cualquier tipo, microbiana o inteligente, con ráfagas de viento estelar que destruyen atmosferas provocando caos en cualquier planeta en el rango cercano a su estrella, y con ello la destrucción de la vida, entonces uno se pregunta, como puede ser posible que algo que parece ser tan quieto, tan simple, tan apacible, en realidad sea tan totalmente lo opuesto.
La respuesta es sencilla: la distancia.
Y pareciera tan justo el uso de la expresión “ojos que no ven, corazón que no siente” para este tipo de escenarios, pues tal cual lo expresa esa frase, como somos unos humildes mortales cuyo alcance ocular no nos permite ver en detalle lo que esta pasando en nuestro cielo nocturno, entonces, la ignorancia reina en nuestro día a día.
Pasa que hasta que se inventan los telescopios (y radio telescopios) que llegamos a entender los proceso que se están dando en el universo, toda esta interacción de masa y energía, que incluso es capaz de modelar la forma en la que se comporta el tiempo mismo, cosa que logramos entender gracias a la física relativista.
Es decir, pareciera que no nos ‘habíamos dado cuenta que estaban pasando todas estas cosas, hasta que pudimos verlas con el alcance que nos dio un telescopio y la captura de la onda/partícula de luz.
La cosa es que, que no tuviéramos un telescopio o cualquier otro instrumento de medición de estos fenómenos, no nos hubiéramos dado cuenta de todo lo que pasaba sobre nuestras cabezas. Dios bendiga Newton por darse cuenta de la refracción de la luz 😊
El otro dia escuchaba a uno de esos pastores hablando acerca de que las personas debían ir a su sermón para recibir su milagro.
te hace pensar en la energía total de la masa del templo y del predicador que hacen posible que sucedan los milagros.
Bueno, no es mi intención hablar de religión -a Dios gracias deberán decir ustedes-, las cosas de seres humanos, cada uno es libre de creer en las historias que desean creer, quizá ahí es donde se da el verdadero ‘libre albedrio’ o como decía mi abuelita “cada quien elije el santo al que quiere hincarse”. El punto al que voy es que, escuchando esa expresión es como decir “las personas están buscando su milagro”, es sencillo inferir eso. Es decir, su vida es tan aburrida que quieren que suceda un “milagro” en su vida, de otra forma, los predicadores no tendrían ni un centavo producto de que ningún feligrés iría a sus sermones para tratar de encontrar su milagro.
En lo que si lo pone a uno a filosofar es, en lo complejo que es el ser humano, es decir, el simple hecho de algo tan sencillo como “los sentimientos” y todos los procesos físico-químicos que tienen que llevarse a cabo para que esto se dé, que literalmente pareciera mas un milagro, pero estamos tan acostumbrados a que es “normal” que ya pasa desapercibido, o hablemos del pulso eléctrico que hace que los músculos del corazón se contraigan y de esta forma bombear la sangra a través de las venas, cargando oxígeno para los músculos, permitiendo que los pulmones tengan la energía suficiente para inflarse de aire provocando el aliento de vida que cada ser vivo en este planeta (al menos el que conocemos hasta hoy) posee. Ni hablar del mapa eléctrico que pasa en nuestro cerebro cuando percibimos un solo haz de luz entrando en nuestros ojos, o el torrencial de pulsos eléctricos que llegan a nuestro cerebro cuando recibimos una caricia. Y si me quiero poner romántico, pensemos en el montón de sensaciones que se atraviesan unas con otras cuando llegamos al clímax en una relación intima con la pareja que amamos (o quizá con la que no mucho, pero ahí estamos -tranquilos, no se ofusquen, a todos más de alguna vez les ha pasado o les pasara, o quizás, quizás no), bueno pero el punto de todo esto es, finalmente son tantos los proceso que ocurren en nuestro cuerpo pero “como no nos damos cuenta” entonces simplemente pasan desapercibidos para nosotros y nunca hemos considerado que el simple hecho de despertar cada mañana (con ese mal olor en la boca algunos…) es un vivo milagro, pues fácilmente la chispa eléctrica de nuestro corazón pudo haberse apagado durante la noche convirtiendo nuestro sueño en un descanso eterno, pero claro, resulta que estábamos mas preocupados pensando si tendríamos dinero para la gasolina del día, el pasaje, o la leche que se nos olvidó darnos cuenta que para ver un milagro, no era necesario ir al sermón del predicador que anunciaba en la radio.
Es como si nos levantáramos, nos vemos al espejo y solo decimos “bueno otro día” o como dirán por estas regiones “well, another day, another dollar”…
Entonces quizá si, entonces quizás si necesitamos todos un telescopio, para no solo pararnos viendo al cielo -frente al espejo-, ver un cielo tranquilo -ver nuestra imagen adormitada-, y decir, que chiste? El cielo tranquilo no ha cambiado en nada desde ayer que lo he visto -bueno otro día, el mismo yo de siempre, que tiene que salir a ganarse los frijoles-, mientras que teniendo un telescopio quizá podríamos ver en el cielo profundo todos los proceso que se están dando -quizá si nos detuviéramos a pensar que el simple hecho de levantarse con el mal aliento y los ojos adormitados, solo es señal del milagro de no habernos quedado dormidos para siempre en ese descanso de horas que nos acabamos de tomar- y entonces, quizá el darse cuenta del verdadero milagro sea la cosa mas hermosa con la cual iniciar la mañana.
Saludos chicuelo -Así solía decirme una persona tan entrañablemente presente en mi vida- (s).