el efecto secundario del libre albedrío

Vaya momento para volver a escribir en este sencillo blog personal.

Contrario a lo que hemos aprendido en las peliculas, la invasión nunca vino -hasta el momento- del espacio o de las profunidades del mar, o la tierra en ultimo caso, de hecho vino de nosotros mismos como humanidad, una sepa llamada coronavirus; no era de aspecto fantasmal, ni siquiera era enorme con fuerza desmedida y con una alta capacidad de armamento de fuego o nuclear.

Un enemigo en común. Uno. Amenaza la raza humana. Un enemigo al que la humanidad no puede sobornar.

Cuando generalmente le preguntan a las personas cómo se hace para tener fuerza, la respuesta nunca es que, contrario de nuevo a lo que venden las peliculas sobre una “pósima misteriosa” que de la nada da fuerza, el cuerpo debe ejercitarse regularmente e incrementar el uso de sus musculos para generar fuerza. Y para evitar tanto bla bla bla en estos tiempos donde muchos iniciamos a reflexionar, el bottom line de esto es que finalmente no se obtienen las cosas de la nada, sino más bien, los eventos de la vida, los ambientes, las condiciones adversas son las únicas que generan esos nuevos cambios, y que sin dudas, parte de ser seres humanos, es la condicion de aprender de cada acción.

Esta vez no hablo solo de mi país, hablo de nosotros como especie, de nuevo, un enemigo en común, y que no fue un organismo avanzado, un simple organismo auto-ensamblado con un tiempo menor de 6 meses, destrozando las bases de una sociedad de seres vivos con más de 3.5 millones de evolucion.

No hace falta describir lo que se siente al ver las noticias y ver como los brotes cada día van aumentando exponencialmente, esto no es un juego, nunca se trató de un juego, aunque muchas personas incorrecta e ignorantemente lo pensaron como una “conspiración para terminar el mundo”, haciendo atención a videos de personas que disfrutan como satisfacción personal generar miedo entre las otras personas. “Ojos que no ven, corazón que no siente” y en tiempos de la “generación instagram” y las redes sociales, esto sería, ojos que no ven tuiter o facebook, corazón que no siente.

El precio que se tiene que pagar para aprender, es alto, muy alto, como seres humanos, debimos aprender de esta forma, no se cuando vaya a pasar esta tormenta, el sentimiento es que no se va a acabar pronto, que ni siquiera estamos “en medio de la tormenta”, no se siente que si quiera hayamos llegado a la mitad de esta tormenta, pero cuando acabe, la humanidad habrá aprendido algo muy cierto, las instruccione se deben seguir porque una sola jodida accion de un individuo particular, literalmente daña a TODA una sociedad, SI, de eso se trata VIVIR en sociedad, de acatar las reglas de convivencia pues el desacato de esas reglas amenaza la supervivencia de TODA LA SOCIEDAD.

Hasta que esto pase, tendremos que vivir con esas consecuencias, y quizá si la aprendemos, las siguientes pruebas serán con resultados menos catastróficos. Pero si no la aprendemos, si nuestros cerebros se vuelven cada vez mas duros y blindados, entonces, nuestros resultados serán mucho más ridiculamente dolorosos.

Si, de eso se trata vivir en sociedad, de entender que la amenaza no es en particular, pero en colectivo y frente a eso, no hay nada que pueda resistir.

Como suelo despedirme en los chats con mis amigos: “seguiremos reportando hasta que el universo nos lo permita”.

Nuestro recuerdo hasta el momento.



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