Todo lo que tiene un inicio, tiene un fin.
Para los amantes de las trilogías, seguro recuerdan esta imagen.
Un proceso normal de descomposición inicia cuando la vida útil de un organismo termina, en cuyo proceso el oxígeno es importante para este proceso. La idea detrás de un preservante es justamente intentar alargar el proceso de vida -útil- para cualquier organismo, esa es la idea detrás de tener cámaras completas al vacío para intentar prolongar el estado de los organismos o en otras palabras, intentar “relentizar” los procesos para alargar la vida útil. Es decir, el oxígeno que es dador de vida, al menos para cualquier organismo multicelular, es el mismo que, una vez llegando a fin su vida útil, se encarga de realizar la descomposición.
Es decir, luchar contra la descomposición en realidad es ir en contra de la naturaleza de los organismos quienes en lo más íntimo de su ADN están programados para tener cierto lapso de vida útil y posterior a esto, iniciar su proceso de descomposición. El clásico proceso que sucede para cualquier organismo a base de carbono.
Regresemos a los proceso normales de la vida, en el trabajo o en cualquier tipo de acción, simplemente en nuestro universo todo lo que tiene un inicio… tiene un fin.
Es decir, quizá aplazar/atrasar los procesos es solo estar yendo en contra de su naturaleza, diseñados para tener cierta longevidad y luego auto-destruirse.
Hay una definición que se suele hacer en física y es “el calor acelera los procesos” entonces quizá las acciones que hacemos solo logran “acelerar” lo que ya está definido, el ciclo de destrucción de las cosas. Es decir, cuando alguien hace que te hartés de algo, en realidad, solo está haciendo está consumiendo más rápido el tiempo que era necesario para llegar al estado de descomposición de la relación/cosa.
Tal cual la definición de potencia: Trabajo por Velocidad; sucede lo mismo en la vida real; la velocidad es la tasa de cambio del tiempo con relación a la posición, en este caso el la potencia es el trabajo que una persona/condición realiza para acelerar/prolongar el tiempo de descomposición de un evento/cosa.
La próxima vez que te hartés de algo, quizá no sea lo correcto renegar o preguntar porqué, finalmente era simplemente un proceso que debía llegar a este punto, simplemente se aceleró su descomposición.