No se vale ser tan “carudo”
Aclaracion:
En el glosario de Guatemala, “carudo” -al menos así lo aprendí yo- significa no tener sangre en la cara.
Era el medio día de un martes cuando con una colega laboral bajábamos a buscar algo de comer, en eso ella recordaba que debía comprar un artículo de esos para rehabilitacion muscular y nos entramos en una tienda de este tipo. Resulta que al nada mas llegar, al parecer mi colega es ya muy conocida en este lugar, ya que el joven que nos atendía con una sonrisa hilvanaba la retoma de una conversacion sobre la salud de un familiar que había dejado pendiente supongo la ultima vez que mi colega fue a comprar algo en esta tienda. Luego de seleccionar el artículo, se procedía al pago…
Como cualquier niño empeñado en la tecnología y los “sistemas” y sistemas, me puse a ver cómo operaban su PoS (point of sale) en ese entonces la persona que nos atendía mencionó “y a ustedes como les va con su empresa, con el sistema, ustedes venden algo parecido verdad?” mi primer respuesta fue sencilla: “pues bien, si, en realidad vendemos un ERP que también incluye un punto de venta como el que usted maneja”.
Aquí el joven ya se interesó y me dijo: “mire, este está en la nube”, esto ya me puso en alerta, realmente pocos Puntos de Venta están sobre la nube tomando en cuenta la naturaleza del negocio, a sabiendas de las dificultades de operar un PoS sobre la nube cuando las ventas son rápidas y no al menudeo, entonces asomé la cabeza para intentar ver como estaban operando.
Mi sorpresa fue ver una pantalla de “remote desktop”…
El joven continuó, “mire usted, mi inventario nunca cuadra, no tengo forma de ver si hay en alguna de las otras dos tiendas, y no tiene reportes de facturas, un dia un cliente me vino a pedir una lista de sus facturas a detalle que le habíamos vendido y no pude generarlo, no tiene donde, no se como”.
La verdad es difícil intentar explicar cómo se define un sistema “en la nube” sin embargo, lo voy a poner así.
Imagine que usted tiene un sistema X, que generalmente usa en su oficina, un día, usted está en la plaza X en algún lugar raro de nuestra querida Guatemala, (o cualquier parte del mundo), resulta que alguien le pone un mensaje diciendo que necesita su aprobación en alguna tarea y que ésto debe quedar registrado en su sistema. Usted procede a revisar su celular y resulta que su “aplicación” que usaba para entrar a su sistema, le reporta que “no se puede conectar”, usted se dirige a un cybercafé y resulta que para conectarse debe “instalar un programa”…
Profesionalmente me crié en la época donde el cliente servidor estaba a punto de morir y el ambiente web iniciaba a funcionar, a partír de ahí recuerdo que mi primer trabajo fue en una empresa cuyas operaciones de desarrollo eran con tecnologías google y el clásico “cloud computing”, a partir de aquí inicio a entender cómo funciona el cloud approach y definitivamente un “remote desktop” no es lo que yo catalogaría como un “cloud computing”. En fin, recuerdo aún cuando Pamela Fox decía que el objetivo del cloud computing era “tener terminales tontas” para poder realizar nuestras operaciones diarias.
No pienso entrar en un debate tecnológico ya que esta es la humilde opinion de este humilde escritor.
En lo que SI pienso entrar a debate es en la forma en la que los “profesionales” hacen sus negocios con los clientes, para mi es sencillo, no se puede vender “espejos” a las personas haciéndoles referencia a que son perlas o piedras de oro. No se vale, por una sencilla razón, la idea detrás de ser un profesional es traer valor agregado a los negocios, al menos, esa es la visión que me fue plantada en relación a “cómo las tecnologías de información se alinean a la estrategia de la empresa”, entonces fiel a esa premisa, no se vale vender piedras a los negocios porque los “consejeros” informáticos creen que pueden simplemente salirse con la suya.
Mi trabajo incluye ver organizaciones que han tenido malísimas o pésimas experiencias con otros “sistemas” y otros “técnicos e ingenieros” que lo único que hacen es generar “mala fama” en relación a nuestra profesión, claro, supongo es lo mismo que pasó con el caso del “agua mágica” que finalmente terminó enrolando a gente que nada tenía que ver… en fin, la ecuación, tal cual lo describía John Nash -novel de economía- debe estar balanceada para que ambos: cliente y proveedor, terminen ganando. De otra forma, solo es una burbuja que tarde o temprano va a estallar.