Perdon por no corresponder a todos “los grandes”.
Desde que tengo uso de razón y que logro entender y escuchar y leer como “Dios manda” diríamos en mi país, he intentado ponerle atención a lo que los “grandes” expresan en relación a “cómo llegar a ser grande” en esta vida.
Desde la musica, la ciencia, el arte, etc. siempre han existido personas que han salido de su país y van por todo el mundo haciendo lo que más les gusta y con calidad, y esto los ha convertido en grandes, o al menos famosos. Y es clásico, cuando regresan a su país siempre hay la clásica entrevista donde después de que casi nadie los apoya en su país, ahora de vuelta casi hasta se tiran de alfombra para que pasen sobre ellos y siempre, o es al inicio o al final de la misma que el entrevistador la hace: “¿qué consejo les darías a los niños para llegar a ser como tú/grande?” y… *mira al cielo* *suspira* y parece que es la epifanía mas grande que todas las grandes verdades y máximas de este ridículo universo mortal… y pronuncia “que sueñen, que sueñen en grande, que nunca dejen de soñar, eso los va a llevar a ser grandes”.
De donde vengo, he conocido a gente de muy escasos recursos, muy escasos recursos. Aun recuerdo a un niño, cuando yo ya era un “viejo de 18” años, o bueno, es que en mi pueblo nos enseñaro que ya de 18 años ya sos un viejo que debe dejar de sangrar a sus papas y debes valerte por tus propios medios, si para eso la naturaleza te ha concedido tus capacidades de persona individual, en fin, resulta que conocía a un niño, muy pobre, su nombre: Fernando. Fernando tenía aproximadamente unos 10 años cuando lo conocí, resulta que entre todas nuestras conversaciones yo le preguntaba sobre lo que tenia pensado cuando tuviera mi edad, y siempre me contaba sus sueños, todos esos deseos y todos los planes para esa edad, -honestamente siempre pensé que tenía planes mucho mejores que los que yo ya había tenido y estaba intentando cumplir a mis 18 años-, el tiempo pasó, cada quien hizo su vida, yo me volví un ser humano empedernido por sacar y salir de la comodidad, incapaz de encajar en una tonta sociedad de niños cuya vida esta metida en una o varias redes sociales y que éstas deciden por si solas el camino a seguir. Fernando por el contrario, decidió intentar seguir con sus planes y sueños en pocas ocasiones lo volví a ver y al preguntarle sus planes siempre agachaba la cabeza diciendo “ahí vamos, es que quiere ganas”.
Quiero asumir que es envidia lo que hace que las personas respondan a que “no dejen de soñar” para alcanzar las cosas en la vida. Fernando tenía varios sueños, muchos más que yo, muchísimos, yo sentía que yo era una persona mediocre cuando escuchaba hablar a Fernando.
La semana pasada recibí una llamada de mi madre, entre todo lo que platicabamos, se me ocurrió preguntarle qué se había hecho Fernando, resulta que sigue ahí mismo donde todo esto inició.
En mis 31 años de vida hay algo que he podido constatar: no importa tu raza, color, etc., todos tenemos sueños, todos, todos. Entonces ¿por qué no todos somos grandes, si se supone que el ingrediente principal es soñar? y pues a las neuronas de este humilde servidor la conclusión que ha llegado es que en realidad, no se trata de tener sueños o no. Se trata de todo, todos los sueños, y TODO en esta vida, tiene un precio, TODO. El verdadero reto no está en soñar, sino en quién está dispuesto a pagar el precio de alcanzar esos sueños. Si lo sé, no es la epifanía que esperaban, lo siento, es lo único que este viejo y quiza mediocre logra escupir como conclusión, pero es sencillo y no requiere ciencia, de otra forma no es posible explicar cómo es que soñando no llegamos a ser alguien en la vida, alguien “grande” dirían por ahí los comunicadores.
A estas alturas de la lectura, alguien podría estar diciendo “si pero éste es un país sin oportunidades”. Y si, quizá está en lo cierto, pero lo único que esto me está diciendo de esta persona sin siquiera conocerla es que está acostumbrada a encontrarle una excusa a cada objetivo para no lograr conseguirlo. Fui criado en un pueblo donde creabamos las oportunidades, donde hacíamos que pasaran las cosas, con el tiempo conocí a personas que tatuaron en mi cabeza el dicho “make it happen” y con mucho orgullo los culpo por haberlo hecho, definitivamente lograron hacer más que una frase en esta sencilla cabecita.
Si señores, sueños, esos sueños nos enseñaron que había todo un mar extraterrestre y que apenas habíamos rascado la superficie al pararnos en la orbita de la tierra e incluso en la orbita lunar por alla por el 69. Pero fue el precio alto que no muchos estaban dispuestos a pagar, ese precio que era noches sin dormir, ese precio que quizá requería dejar a las personas que amas, ese precio que te hace pensar en ir para atrás a veces, ese precio que te hace pensar una y otra y otra y mil cuatrocientas veces mas si “debes” o no hacer lo que se ha pensado hacer.
Ese precio que en labios de este humilde servidor es la carga más grande que un ser humano DEBE llevar toda su vida, como un adulto individual capaz de tomar decisiones y lidiar con las consecuencias, todo con el unico objetivo: VIVIR SU PROPIA VIDA sin dependencia de alguien más. O como diría el mismísimo Axel “you can fool yourself, you came in this world Alone”. O bueno, los gemelos/trillizos, etc, quizá tengan excusa sobre la dependencia o codependencia que podrían tener en otra persona, pero y los mortales como yo que vinimos solos, ¿qué excusa le damos a nuestro cerebro para justificar la dependencia de alguien más?… o bueno, como decía mi madre “excusas quiere la vida mijo”.
Gracias por leerme y recuerden amigos “nunca dejen de soñar”….